—dijo el gato de Ayquedaño cuando terminó de lamerse el lomo, las cuatro patas y se limpió bien las puntiagudas orejas y su larga cola
—. ¡Ya estoy limpio! Es un trabajo, pero ¿Quién no trabaja aquí? ¿Te has fijado en que todos, o casi todos, estamos muy ocupados? La conductora del autobús va muy atenta para no chocarse con los otros coches por la calle;
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