Alma tenía dos papás y era muy buena e inocente.
Confusa, la medusa, era algo especial. Hacía muy poco que había llegado con su familia para quedarse a vivir en aquellas aguas.
La cuestión es que Alma y Confusa se conocieron y se hicieron amigas inseparables.
Se lo pasaban en grande inventándose juegos y escondiéndose detrás de las grandes rocas.
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